Transformaciones económicas y sociales

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Como vivimos en un sistema capitalista (basado en la economía de mercado) cualquier transformación económica que produzca ganancias, será incorporada al sistema. En cambio cualquier cambio social, por beneficioso que sea si no introduce ganancias, es considerado inútil y no se reafirmará. Visto como un sistema biológico, cualquier mutación que no genere ganancias es desechada. Estos cambios una vez que se producen se convierten en un nuevo paradigma, y casi siempre resultan desfavorables a los lideres que representan y sustentan el viejo paradigma de producción.

De ahí que estos cambios provengan de actores sociales que introducen nuevas transformaciones económicas (nuevos mercados, productos) lo cual se está produciendo constantemente (mutaciones favorables al sistema). Estas transformaciones económicas pueden llevar a la creación de nuevas transnacionales (IBM, Microsoft, Google, etc.) lo cual lleva al crecimiento económico sobre la base de la libre competencia.

El capitalismo solo acepta los cambios que mejoran el sistema económico (cambios cuantitativos) pero con las crisis mundiales se abren las puertas a cambios sociales (cambios cualitativos). Estos cambios vienen de los actores sociales que promueven las transformaciones sociales. Pero las verdaderas transformaciones no pueden surgir de los actores de los países ricos, ya que su contexto está estructurado sobre la hegemonía y su visión viene de su propio poder (mantener su hegemonía). Dada su visión de clase. Lo mismo sucede con las economías de mercado, los grandes cambios vienen de individuos, que están fuera del contexto económico o paradigma de producción vigente.

Hasta ahora la humanidad no ha necesitado de cambios en el orden mundial y su estructura basada en el poder, a pesar de ser injusta, ya que de alguna forma representa las característica de su evolución heredada de su condición animal donde ha prevalecido la ley del más fuerte, aunque la cooperación ha estado presente en muchas ocasiones, han predominado las organizaciones basadas en machos dominantes que están en competencia con los otros. De ahí que los sistemas sigan dentro de ese contexto heredado por nuestra parte animal.

Cualquier cambio social va a representar una amenaza a la hegemonía de los sectores de poder y al no encontrar un medio favorable no pasa de ser una idea. Si nuestro sistema mundial estuviese soportado sobre ideales sociales y humanista, y nos conducirá a un mundo cada vez mejor, más humano y más espiritual.

Solo ante una amenaza que ponga en peligro al sistema capitalista este será capaz de aceptar los cambios sociales. Estos cambios pueden ser estáticos (concesiones para ese momento) o cambios evolutivos que permitan surgir nuevos cambios (mutaciones favorables al humano a lo largo de las generaciones). Hoy estamos ante la mayor amenaza al sistema capitalista: la creciente degradación del planeta y el descontrol de la aceleración tecnológica.

El orden mundial actual se basa en el crecimiento del desarrollo económico en detrimento de los demás sistemas (ecológico, social y espiritual). Por lo que hay que enfrentar tres crisis (amenazas latentes):

  • Crisis ambiental: lucha por los recursos.
  • Crisis social: injusticia social.
  • Crisis espiritual: filosofía del tener.

Esto unido a las recaídas del sistema capitalista y sus crisis económicas producto de la competencia por el enriquecimiento a toda costa y el crecimiento acelerado, lo cual puede llevar a una recaída profunda e irreversible que lleve a la debacle del sistema socioeconómico actual.

Hoy concentramos todos nuestros escuerzos en el sistema económico y creemos que es el único que nos puede llevar a la felicidad basada en ele tener no vemos la interrelación que hay entre todos los sistemas, los cuales han quedado estancados al estar subordinados al mercado.

Es necesario llegar a un sistema global que represente un orden mundial en equilibrio que ponga fin a la injusticia, desenfrenos, ambiciones y con ello el fin de las amenazas latentes, que proteja la naturaleza, que favorezca la humanización (crecimiento espiritual) y el progreso social , económico y tecnológico e incluya el funcionamiento armónico de todos los sistemas.

Libro: El gran desafío de la humanidad

 

Ver colección de libros de Edgar Morin